lunes, 30 de abril de 2012

Flores y velas negras

Mitad de un puente, a pesar de que hoy he trabajado me quedan por delante dos días, otro fin de semana en mitad de la semana. Entramos en Mayo, el mes de las comuniones, de las flores, de Eurovisión, de la final de la Champions, el inicio del buen tiempo, de todo eso que nos altera la sangre y bla bla bla...

Debería estar contento, pues bien, no, no lo estoy. Llueve, hace frío y encima tampoco tiene pinta de ir a mejor. El invierno nos engañó, nos dio tan buen tiempo que parecía que este año empalmaríamos con el verano en Febrero pero ya se sabe, la primavera es engañosa, poco fiable, como algunas personas, esas que te ponen buena cara pero cuando te das la vuelta, te apuñalan y además lo hacen poco a poco, para hacerte sufrir mas.

Y si en primavera hay días horrorosos como los que estamos teniendo, también los hay tan estupendos que hacen desaparecer los otros de un plumazo. Con las personas pasa algo parecido, los hay malos y traicioneros aunque afortunadamente son los menos y se olvidan en nada por que tienes mucha mas gente que te quiere y que no le cuesta demostrártelo sin pedir nada a cambio.

Al mal tiempo buena cara, hoy hay una fiesta en Madrid de la que no voy a contar detalles pero promete y mucho así que voy a empezar a remover armarios, elegir modelo, ponerme mono y comerme el mundo o lo que pille. A las malas también puedo llamar a la Bruja Lola y que se líe a poner velas negras a diestro y siniestro a mi salud. Solo pido una cosa, que no llueva, una noche de tregua... please.

Seguro que un día de estos nos levantaremos y habrá un cielo limpio y azul, de esos que invitan a salir a pasear, disfrutar de la calle, tomarte algo en una terracita dejando que el sol empiece a hacer de las suyas y te quiera sacar el moreno a la fuerza, un dia de esos que te dan ganas de ponerte a cantar y bailar... y seguro que será un día laborable, para joderse. No se puede tener todo.










sábado, 21 de abril de 2012

El erotismo de una chocolatina

Hace poco leía en un blog de "El País" algo sobre la ropa interior presuntamente sexy y me dio por pensar que, como pasa con tantas cosas, mentimos como bellacos cuando hablamos de estos temas.
Lencería con encajes, brocados, transparencias y puntillas que rallan lo cursi, ese parece ser el tónico general de este tipo de ropa que, siempre presuntamente, sirve para poner cachondo al sector masculino, y ahí es donde me entra la gran duda, ¿De verdad alguien se cree que para levantarle la libido a un tío hace falta tanta historia?.

Hablando con gente de mi alrededor, así como quien no quiere la cosa, me entero que generalmente no, no hace falta, a la mayoría los encajes y puntillas les duran poco menos que lo que tardan en meterse en la cama. O sea, te gastas una pasta gansa en braguitas y complementos varios a juego solo para lanzarle un mensaje a tu pareja algo como "eh, que me apetece hacerlo esta noche" cuando a casi todos con acercarte un poco y tocar en cierta parte, sobra.

Mi teoría es que como en otros asuntos, nos han vendido la moto de que esto tiene que ser así y como somos consumistas y un poco bobos nos lo hemos tragado. Ellas se creen que así tienen mas contentos a sus chicos y ellos tienen que poner cara de que les mola cuando realmente piensan en deshacerse de tanto lacito lo antes posible para entrar al trapo y rematar con mas o menos rapidez.








Vale que algunos que me conocéis diréis que no soy el mas indicado para hablar de todo esto pero ante todo soy un hombre y en el fondo todos pensamos igual con independencia del sexo de tu pareja, claro que entre tíos todo se simplifica mas, no tenemos que andar con tantos preliminares y gastarnos un pastón para lanzar mensajes subliminales. Otra cosa es que o tienes en el fondo de armario al menos media docena de Calvin Klein, otra media de Aussiebum, Armani o Dolce & Gabanna o no eres un gay como Dios manda. Eso si, tardamos poco en quitárnoslo, todo depende del nivel de fetichismo de cada cual.

Para mi el erotismo no es tanto lo que te pones sino la situación en que se crea. Puede ser mas sugerente imaginarte lo que lleva puesto alguien que tienes sentado a tu lado en el tren, ver como se levanta y comprobar por debajo de los vaqueros caídos unos slips que insinúan algo mas... Incluso estar en calzoncillos por casa sin mas, que llame alguien a la puerta y pensar si ponerte algo mas o abrir la puerta así, a ver que pasa, y no digo nada si miras por la mirilla y ves que es un vendedor con buena pinta... uf. Evidentemente al final te pones una bata por temor a que te llame de todo pero esos segundos de duda que pasan pensando que vas a hacer son geniales. Situaciones como estas seguro que todos las hemos vivido e imaginados cientos mas

Tenemos claro que la diferencia entre el erotismo y la pornografía es que mientras que en lo primero prima la insinuación en lo segundo es el sexo explícito lo que domina, a esto yo añadiría que la base del erotismo es la imaginación, la sutileza de saber que si vas a mas seguramente no sea como habías pensado y entonces no pasarás a la siguiente fase. Por eso y aún respetando que haya hombres a los que les guste ver a sus parejas con este tipo de prendas, no acabo de creerme lo de la lencería, que gracia tiene ver a tu mujer con esas pintas si sabes que aunque no se pusiera nada el final iba a ser el mismo.

Otra duda que me corroe, ¿Que les gusta a ellas que se pongan ellos en situaciones "especiales"? ¿Que consideran erótico en sus chicos?, en incluso ¿Que se pondrían ellos para gustar a sus parejas?. Estoy seguro que alguno hasta se pondría puntillas y transparencias, que de todo hay.

Cuanto me gustaría que me contaseis vuestras experiencias, situaciones cachondas, e incluso fantasías. Eso si, con cuidado porque no tengo el blog restringido a menores por lo que agradecería que fueseis sutiles, delicados... eróticos.




domingo, 8 de abril de 2012

Turismo de tertulia (Crónica de una semana de lluvia)

Vista desde el Palacio de Cibeles

A todo se acostumbra uno, y que llueva en Semana Santa ya es un clásico inevitable. Da igual que lleven meses sin caer una gota, es salir la primera procesión, y empezar a diluviar. Ahora el juego consiste en saber cual se va a suspender por culpa de la lluvia y cual conseguirá hacer su recorrido sin tener que echar a correr a mitad del mismo para que las imágenes no se estropeen, que al fin y al cabo, seas religioso o no, son obras de arte que hay que proteger. 

Para los que, como yo, hemos cogido la semana entera de vacaciones para relajarnos y disfrutar de alguna excursión sin movernos del sitio de residencia habitual, básicamente la preocupación ha sido la misma, lloverá, no lloverá, te arriesgas a salir, te llevas la cámara, el paraguas, el chubasquero, las botas... en fin, un asco. Aún así, como somos españoles y llevamos el optimismo de serie, al final te lo pasas bien que es de lo que se trata, Siempre tienes unas risas aseguradas y una sobremesa algo mas larga por aquello de no mojarse. Otra manera de hacer turismo, el de hablar de lo que podríamos haber hecho si no hubiese llovido. 

El balance siempre es positivo y el tiempo, que es de oro, te da para conocer rincones nuevos. Restaurantes con encanto que resultan ser sorpresas muy agradables: "El Hidalgo" en Segovia  y "La Cueva" en El Escorial. O para visitar lugares inesperados como el Congreso de los Diputados, de esto no tengo fotos, ese día no estaba prevista esta parada y no me lleve la cámara, además el móvil decidió que ya no tenía batería suficiente para darme ese capricho (malditos aparatos, siempre te fallan cuando mas falta te hacen). Lo mejor de esta visita es que no es como ver un museo o un palacio que solo está para eso. Por la mañana había habido actividad normal, creo que llevaron los presupuestos generales, esos de los que Rajoy no había soltado prenda antes de tiempo para evitarnos disgustos innecesarios, mas majo él. Poderse sentar donde unas horas antes había estado Rubalcaba o el mismísimo presidente tiene su punto. Organizar una pequeña tertulia improvisada, otra mas, allí donde Tejero hace unos años le dio por pegarnos un susto y liarse a tiros con la sala. 

También hubo tiempo para, simple y llanamente, no hacer nada. Tumbarse en el sofá y disfrutar de una buena película mientras que por la ventana ves caer el diluvio universal una vez mas. Mañana vuelta al trabajo y a la rutina habitual. La próxima, para el puente de Mayo, ya no queda nada. Esperemos que ahí el tiempo nos de una tregua y que hasta entonces llueva lo que le de la gana, que falta hace. 



 


Restaurante El Hidalgo de Segovia



Restaurante La Cueva de El Escorial