sábado, 4 de octubre de 2014

Botellas al Contenedor

Segunda parte de "Ácidos: Verde y en botella"

Queda una hora para empezar la ponencia ante lo delegados internacionales del Comité Olímpico. Ana está nerviosa aunque delante de sus asesores procura disimularlo, no lo consigue, cuando está en ese estado tiende a torcer levemente el lado derecho del labio superior y todos lo saben pero nadie se lo dice. Nunca ha sido muy auto crítica, no le gusta que le digan lo que hace mal, tiene mal genio y te puede fulminar de una mirada si lo intentas.

No le gusta el rojo, le recuerda demasiado a la oposición y todo lo que conlleva pero es el color de los deportes en España, la Reina siempre viste así en estos actos y ella no podía ser menos. Ha elegido un vestido sencillo y lo acompañará con unas perlas, esas que le regaló su marido en uno de sus aniversarios. Al menos con ellas se siente segura. Unas buenas perlas son el mejor fondo de joyero de cualquier señora que se precie. Espera que con este aspecto pueda convencer mínimamente a algún emisario.

El discurso, aunque no le convence, lo lleva bien aprendido. "El espanglish es para hispanos de América y no para una señora como Dios manda" este pensamiento no deja de rondar en su cabeza mientras ensaya ante el espejo junto a los colaboradores que la asesoran como expresarse, como moverse, como gesticular, como sonreír ante una posible gracieta y así provocar las simpatías de los votantes, hasta como pronunciar un inglés algo paleto para que parezca todavía mas, presuntamente, natural...

Esta escena, pudo ocurrir así, o de otra manera, no lo se y, como diría Rhett Butler ante Escarlata en la puerta de aquella mansión fastuosa, francamente querida me  importa un bledo. El resultado ya lo vimos, otro desastre mas de la aprendiz de alcaldesa que nunca ganó unas elecciones por si sola y que nunca las ganará después de su decisión de no presentarse como cabeza de lista en las próximas municipales. 

En el terreno de las conjeturas uno podría preguntarse, y se pregunta, que pasaría por la cabeza de Ana en otros momentos de su historia política. Seguro que es bastante mas interesante que la historia en si misma, esa que ya está escrita y que no pasará a los anales de la Villa y Corte como nada relevante, todo lo contrario, un periodo de lo mas gris que ha llevado a la capital a los niveles mas bajos de popularidad tanto fuera como entre sus propios habitantes, ha convertido Madrid en algo carca, pensada para abueletes que pasean a sus perros y poco mas. Menos mal que una ciudad  como la nuestra está por encima de sus políticos y resurgirá de las cenizas en la que Ana y sus secuaces la han convertido. Ojalá que el que entre nuevo, sea del partido que sea,  tenga una visión mas abierta, mas actual y moderna y mas consecuente con lo que Madrid tiene y debe representar. Que sepa llevarla al puesto que se merece ante el resto de capitales europeas y que la ponga en el mapa definitivamente.

A partir de ahora Ana volverá a tener tiempo para ir a la peluquería (que buena falta le hace), esperemos que en su coche privado y sin guardaespaldas que paguemos todos. Y lo que es mas importante, dejará de salir en todas partes porque, sinceramente, no queremos verla mas.