martes, 23 de octubre de 2012

En la corte de "El Rey León".

Hay días que no los estropea ni la lluvia. Y no es para menos, después de meses desde que compramos las entradas, por fin ayer, pudimos ver El Musical, con mayúsculas, el que mas recauda, el que mas ha costado, el que mas admiración consigue, el que mas... En fin, todo eso que publicitan para metérnoslo por los ojos y bien que lo consiguen.

Esa máquina del entretenimiento que es Disney, y que de tontos no tienen ni un pelo, hace años tuvieron otra genial idea, la de asaltar Broadway y después medio mundo con adaptaciones de grandes películas a los escenarios. La conquista comenzó con La Bella y la Bestia, un maravilloso musical con todas las canciones de la película y una puesta en escena absolutamente espectacular, como no podía ser menos viniendo de ellos.

De aquel espectáculo, digamos, mas clásico dieron un paso de gigante para elevar el concepto de musical a otro nivel, El rey León ha supuesto una vuelta de tuerca, muy arriesgada bajo mi punto de vista y que sin embargo ha reportado muchos beneficios tantos económicos como artísticos. Lo tenían muy fácil, podían haber adaptado cualquier otra película de la última tanda de clásicos, desde La Sirenita hasta El jorobado de Notre Dame, pasando por Aladín o Pocahontas pero decidieron ir mas allá, realizar el mas difícil todavía que todo buen creador debe tener en mente para superarse.

El resultado, desde hace 15 años se puede ver en Broadway y desde hace un año aquí en Madrid (ayer justo celebraron el primer aniversario con todo el público que abarrotaba el Lope de Vega, lleno a reventar). Una mas que original puesta en escena, a veces con toques minimalistas, otras sorprendentes y siempre llena de detalles de los que no voy a desvelar mucho para no estropear esa magia con la que hay que ver este tipo de espectáculos.

Lo que mas me gustó es que dentro del derroche con el que está hecha la obra, todo está dentro de un regusto por lo artesanal que se agradece, no hay grandes efectos especiales, no hay pantallas de leds ni pijadas similares, se diría que han intentado hacer un gran homenaje a una manera de hacer teatro que se está perdiendo. La utilización de técnicas tan antiguas como las sombras chinescas, las marionetas o la danza, hace de este musical algo especial. Todo esto con el componente africano que impregna el conjunto, desde el vestuario hasta danzas trivales, que digo yo, habrán adaptado de tribus de aquel continente.
 
Tengo un pero, y es importante, la música. Y me gustaría explicarme para quedase claro mi punto de vista. Dentro del conjunto, todo lo que se oye está bien, entra dentro de lo que se podría esperar. El planteamiento, otra vez, es original, mezcla de muchos palos con el aire africano generalizado. Las ya mencionadas danzas trivales que se repiten a lo largo de toda la obra, las canciones de la película están todas y por supuesto, muchas mas. Las versiones son mas radicales, sobre todo el tema principal, El Ciclo Vital, con el que se abre y se cierra la obra, el giro hacia lo étnico es sustancial. el problema que tengo es que no se si me gustan esas versiones, a decir la verdad, me rechinaron un poco. También es verdad que el espectáculo es tal que se perdona todo, hasta eso, y ya es mucho perdonar. Un musical, después de verlo, es para escucharlo en casa, recrearse con las canciones y con este creo que no lo haría así que no me compré el cd.

Me gustaron mucho números como el que se marcan las hienas en El Cementerio de Elefantes o como se resuelve escénicamente la muerte de Mufasa, algo que en la película marco un hito, tenía especial curiosidad de como podrían adaptarla a un escenario ya que parecía casi imposible y el resultado es sencillamente genial, casi podría servir de resumen a lo que es toda la obra: Imaginación, imaginación y mas imaginación. Eso si, con ayuda de dinero, dinero y mas dinero, pero muy bien invertido a juzgar por los 60 millones de almas que la han disfrutado en todo el globo.

En resumen, altamente recomendable para todos aquellos:

1º- Que no les gusten los musicales en exceso, porque les va a encantar ya que no es uno al uso, sino algo mas.

2º- Para quien les gusten de verdad, porque al fin y al cabo es uno de los imprescindibles y todo un clásico aunque hagan como yo, que no se compre la banda sonora ya que no aporta gran cosa al lado de clásicos de Sondheim, Bernstein o incluso Menken, autor de los mayores éxitos de la factoría Disney desde la Sirenita hasta Hércules.

Y 3º- Practicamente para cualquiera, porque si alguien no disfruta con algo así es que no tiene gusto o es una columna de garaje. Una última cosa, no recomendable para niños de menos de 8-10 años, se tiran toda la obra preguntando a sus padres o apostillando que eso no sale en la peli a grito pelao. Mejor dejenlos delante de las 42 pulgadas de Plasma que se emboben con los dibus, sus bolsillos se lo agradeceran y el resto de espectadores también.

Fuera, en la Gran Vía dejaba de llover por fin, lo había estado haciendo desde que pusimos el pie en Recoletos y nos acompañó en la cola de espera para ver la exposición que sobre Jean Paul Gaultier ha organizado la fundación Mapfre... Aunque de esto, ya hablaré en la próxima entrada.
 
 

domingo, 21 de octubre de 2012

Los ojos de Lola

Lola es la perrita de mi hermano, un bichejo que llegó a una familia, la mía, muy poco dada a tener sentimientos hacia todo aquello que no sean humanos. Lleva unos años ya con nosotros y ya se ha convertido en una mas.
 
Muchos os preguntaréis a que viene hablar hoy de ella después de tantos temas, de alguna manera, trascendentes. Las mascotas se han convertido en algo habitual en nuestras vidas, no se el porcentaje pero en muchas familias hay una. Perros, gatos, pájaros, peces y ya los mas atrevidos meten en sus casas hurones, cerdos vietnamitas, serpientes o tarántulas (que todavía no encuentro la gracia a estos dos últimos pero bueno), lo cierto es que necesitamos que alguien nos espere en casa y que necesite de nuestros cuidados a cambio de compañía. No es mi caso, aunque nunca se sabe...
 
Lola no hace mucho ruido, no es una perra ladradora y chillona como hay tantos por ahí. En cuanto te ve te saluda con unos ojos alegres que tienen algo que la hace especial, si estas comiendo se pone a tu lado, se sienta y te pone ojos de perrillo necesitado, te cuesta no darle un trozo de lo que tienes en el plato, y si tardas te toca con su patita como para recordarte que está esperando.
 
Hace un año y pico se me olvidó incluirla en algo que no voy a explicar aquí y se me ha ocurrido esta manera para compensar aquello.
 
Para hablar de temas mas serios, ya habrá tiempo aunque últimamente estoy como las avestruces, con la cabeza metida bajo tierra por no ver la que tenemos encima.