viernes, 23 de enero de 2015

Desayuno sin diamantes

Próximo ejercicio para el tercer visionado del curso de fotografía, hacer una serie de fotos sobre un compañero. Hacemos sorteo, mi próxima modelo va a ser Sara, la italiana del grupo. No sabría decir si me hubiese gustado un chico, creo que se me da mejor. Me lo planteo como otro reto mas.

Desde casi el mismo momento en que supe que tendría que hacerle las fotos a Sara se me viene a la cabeza casi como un flash a Audrey mirando el escaparate de Tifanny's. Una de esas imágenes emblemáticas del cine.

La idea inicial era mas radical. Audrey estaba maravillosa pero si fuésemos justos, en el mundo real ¿Que mujer hay que después de estar toda la noche de juerga este con esas pintas? sin olvidar que el personaje era el de una, simple y llanamente, puta. Lo primero que pensé era dar la imagen real de una mujer a primera hora de la mañana que aún no se ha acostado. 

A medida que pasan los días y tras charlar con Sara, llegamos a la conclusión que por ahí no vamos a ir. Audrey sigue en mi cabeza, con el collar al cuello, el moño exagerado, los ojos perfectamente delineados, frágil, con un café y un croissant mirando el escaparate de la joyería mas famosa del mundo, a nadie le importa si es puta, si ha bebido, si llevará los pies destrozados después de aguantar encima de los tacones horas y horas. Audrey es maravillosa se ponga como se ponga. Quiero hacer eso, no esa foto sino traerme el glamour a Madrid, captar la elegancia que tenía esa mujer. Vale que llevar ese vestido de Givenchy ayuda así como la, seguramente, aportación de un ejercito de estilistas, maquilladores, peluqueros y todo lo que  la parafernalia de Hollywood retrae, en resumen, medios a raudales.

Yo no cuento con nada de eso, pero Sara me transmite lo mas importante, elegancia. Llega el día de la sesión, una fría mañana de sábado en las últimas Navidades. El escenario, Malasaña, indiscutible, no podía ser en otro sitio. La luz, perfecta. Como toda una profesional sigue todas mis indicaciones, poses mas o menos acertadas y decenas de fotos. No tuvimos diamantes pero si un café aunque fuese rápido.

El resultado, el que podéis ver a continuación.

Gracias Sara por ser como eres.











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