Pan negro para Goya

Hace una semana fue la gran fiesta de cine español, y esta vez si que incluso hasta lo pareció. He tardado una semana en escribir sobre esto, la verdad es que no he estado inspirado, las musas me habían abandonado. También me ha valido para reflexionar y hacer un pequeño resumen con cierta distancia.

En primer lugar destacar el acierto del cambio de escenario, del frío y lejano de todo Palacio de Congresos Municipal al mas cercano, regio y apropiado Teatro Real. El estar en pleno centro de Madrid hizo que muchos fans y curiosos acudiesen y rodeasen todo el tinglado que había montado de alfombras rojas, carpas y pasarelas cubiertas para evitar la lluvia con lo que aportaron el calor humano que ha hecho falta en otras ocasiones, para futuras entregas podía plantearse poner gradas cubiertas, seguro que eran un éxito. El impresionante Goya de 7 metros recibía a los invitados que llegaban en coches y eran acompañados con paraguas hasta la carpa donde estaba la prensa y donde el star sistem patrio posaba con su mejor sonrisa, hasta el gélido Bardem hizo lo propio como un profesional que es o que se está convirtiendo allá en las Américas, por que es bien sabido que no ha sido nunca muy amigo de estas nimiedades. Algo está cambiando en ese sentido, los profesionales del cine de este país empiezan a pensar que hay que venderse bien y mas en tiempos de crisis donde cuesta Dios y ayuda llevar a la gente a las salas. Los estrenos o actos de este tipo son la mejor publicidad que se puede tener y no se puede ir como, hasta hace poco, iban algunos, con caras de lechugas rancias como que aquello no iba con ellos y el ahora internacional Bardemcito era de esos. Hasta la esperada pose de Alex de la Iglesia con toda la representación ministerial, entre la que se encontraba, como no, González Sinde, se llevó con una grata cordialidad que resultaba algo tragicómica, como si allí no pasara nada. Lo que hubiesen dado algunos por saber lo que se les pasaba por sus cabezas en ese momento.

Sobre la gala, no voy a decir los tópicos que dicen la mayoría de periodistas en diversas publicaciones, ya sabéis, toda esa sarta de frases hechas que parece que salen de alguna misteriosa enciclopedia a la que tienen acceso solo los que terminan la carrera y que utilizan cuando realmente no la han visto o no tienen nada mejor que decir a sabiendas que es lo que se espera que digan de eventos de este tipo. Seguro que habréis leído alguna: “la gala se hizo larga y aburrida” “la realización fue pésima” “nada original con respecto a otros años” y bla bla bla.

Pues bien, mi opinión es que como espectáculo, me pareció de lo mejorcito que se ha hecho nunca en España en lo que a entrega de premios se refiere, El tándem De la Iglesia-Buenafuente  ha sabido tomar las riendas a algo que por narices no se tenía que parecer en nada a los Oscar (otro tópico implícito de pensamiento aunque nunca expresado claramente) y ahí es donde han fallado siempre. Empeñados en que “somos diferentes” conseguían año tras año hundir mas en la miseria lo que debía haber sido lo conseguido en esta ocasión, una fiesta donde dar la mejor imagen posible de un negocio que o cambia de actitud o se cerrara como tantos otros. Por fin, no solo el presentador de la Gala si no todos lo que intervienen en ella, se han dado cuenta que están actuando, que esto es teatro puro y que hay que seguir un guión, que no dudo que antes no lo hubiese pero la mayoría de las veces no lo parecía. El concepto del escenario con la pantalla principal desplegable me pareció efectivo, nada original pero elegante y sabiendo aprovechar los medios técnicos que como buen teatro de ópera que es, tiene el Real. Lo que se puede conseguir con unas simples cortinas y un cambio de color en las luces. Me gustaría saber cuanto cuesta hacer una gala como esta y quien lo paga, seguro que bastante menos que lo que leí el otro día que costaba hacer una de OT (800.000 euritos de nada).

De lo mejor de la noche, destacaría todos los montajes alternativos que se hicieron de las películas nominadas, sobre todo el de Buried-Quieres ser millonario, Rodrigo Cortés no sabía si echarse a reír o a llorar. Muy bueno también el corto inicial con Buenafuente trasteando en el cine español y esa bajada (legal) desde el cielo al escenario. El numerito musical que se marcó Lluis Tosar y el resto quedo también bien, se nota esa influencia que están dando los musicales útilmente. Muy acertado el previo en España Directo con entrevistas e imágenes desde la alfombra roja, la mejor manera de calentar motores. De lo menos bueno, por no decir malo, algunos discursos de premiados que si bien es verdad que se entiende la emoción y las ganas de acordarse de toda la gente que ha pasado por su vidas, deberían entendernos a nosotros, los espectadores, que no conocemos a nadie de ellos y que nos importan un pequeño carajo. Un gran fallo de realización sucedió durante el ya clásico montaje de recuerdo a los fallecidos, la mitad no supimos quienes eran porque se veía lejos la pantalla con los nombres. Por lo demás, en esta cuestión me pareció muy buena.

De los premiados no voy a hablar mucho, no he visto ninguna película por lo que tampoco puedo opinar si son justos o no. Quiero creer que si ellos como profesionales les han votado será por algo, aunque me da que pensar que una película que apenas es conocida se lleve la mayoría de Goyas importantes es por que quizás vayan de mas que modernos y premien mas la rareza que otra cosa, que en estos premios no sería la primera vez. Igual de cuestionable es el dar premios a niños continuamente, no hay año que no pase alguno por el escenario. Me gustaría saber que piensa un actor/actriz que está empezando y que un premio de esto puede relanzar su carrera, que vea como un mocoso, que para lo único que va a querer el cabezón es para enseñárselo a sus amigos del cole, te quite ese minuto de gloria que te puede abrir mas de una puerta, reconozco que puede ser pelín frustrante. En algún sitio he leído una idea que me ha parecido muy buena y justa, se podía dar un Goya a la mejor actuación infantil.

En una noche pasada por agua donde “también la lluvia” quiso ser protagonista, Goya casi acaba “enterrado” por el empacho de “Pan negro” y escuchando en el funeral una “balada triste de trompeta”. No ocurrió aunque las descargas se lo pueden cargar en un futuro no muy lejano, quizás las compañías telefónicas tendrían algo que decir o mejor, que aportar económicamente a todo esto. La señora Sinde debería pensar en esto en vez de intentar enfrentar a los usuarios con los profesionales del cine y de la música. Por que queda claro que la gente baja de todo si, pero no gratis, que todos los meses hay que pagar tarifas de internet y no son, precisamente, de las mas baratas de Europa sin ser tampoco de las mas rápidas, ¿De verdad que nadie lo ve así?. Esperemos que la ministra reflexione y el pan negro haga que lo vea todo bastante mas claro.