lunes, 6 de diciembre de 2010

Que la fuerza te acompañe

Ayer por la noche, viendo una peli de estas romanticonas que tan bien sientan los días que llueve, se me ocurrió que podía sentarme delante del ordenador y escribir algo en el blog, algo que era importantísimo, pero la manta pesaba mucho y no me dejó levantarme del sofá, ya ni me acuerdo que era, no sería tan importante.

Todos tenemos días así, el domingo suele ser buen aliado, es el día tonto que precede al maldito lunes. Hay mucha gente que le tiene cierta manía a este día, se deprimen por que al día siguiente empieza la rutina, el trabajo, la caravana de la M40, el jefe, el teléfono, el estrés al fin y al cabo. Imagino que los casi 5 millones de parados no piensan lo mismo. En mi universo particular, en el reino de mi casa, donde yo soy rey único, los domingos fueron declarados hace años “día perro”. No está permitido pensar en el lunes ni en todas las cuchufletas que deprimen a las ovejas. Es el día mas tranquilo de la semana donde las actividades mas importantes son la bendita siesta, el café de después y el manejo de los distintos mandos a distancias, a saber, la tele, el dvd-hdd, el home cinema y por que no hay hasta para contestar a la puerta por si a alguien le da por tocar las narices que si no.


Hace años era el día del cine, en el que te juntabas con unos amigos, veías una peli y después te tomabas unas cañas. Ahora esos amigos hacen eso mismo solo que con sus hijos y en vez de cañitas después se atiborran a litros de coca cola de grifo y contenedores de palomitas durante la peli. Que pereza, no me dan ninguna envidia y mas desde que para ir al cine tienes que coger el coche, buscar aparcamiento en el centro comercial de turno, pensar que peli quieres ver mientras esperas en la interminable cola de la taquilla, a todo esto, y gracias a la tecnología, vas viendo el número de butacas libres que quedan en las películas que te gustan y como se van llenando las salas y las opciones van disminuyendo a medida que se acerca tu turno, y eso después de haberte peleado con tus acompañantes por que cada uno quiere ver una película distinta (Ley 412 de Murphy) y total, para acabar viendo la que ninguno quería ver como primera opción. Decididamente prefiero el sofá y la manta.


¿Por que cerraron los cines del centro? Antes ibas casi sin querer. Es mas, era un ritual, ver una película en un cine era un acontecimiento, primero la estrenaban en los grandes cines de la Gran Vía y después esperabas como un loco que la diesen en las salas de tu ciudad lo antes posible, eso contribuía a que se convirtiera en algo mítico, podías esperar semanas, incluso meses a que se la pusieran en el cine de tu barrio pero era como si la diesen por primera vez y casi que para ti solo. Recuerdo ir con mis hermanos y amigos a ver filmes como Supermán, Gremlins (que la dieron ayer en la tele, por cierto) todas las de Indiana Jones (no la última) E.T. y como no, la saga de la Guerra de las Galaxias, la primera trilogía of course.

Hoy a las compañía solo les interesa ganar lo máximo en el menor tiempo posible. Consecuencias: desaparecen los mitos, no hay fenómenos sociales cinematográficos, aunque nos quieran hacer ver lo contrario, y en el mejor de los casos, es posible que no olvides una película después de las 3 semanas desde su estreno.

No creo en esa frase que dice que “cualquier tiempo pasado fue mejor” pero en el caso del cine creo que como “fenómeno” ha perdido bastante. Los centros comerciales y los multicines han dado la posibilidad de ver los estrenos casi a la vez que lo hacen las estrellas y que adelantos como el 3D se puedan disfrutar en cualquier sitio, pero se han cargado la magia y el encanto, tanto de las películas como de todo lo que las rodeaba.

Me espera otro día de manta y sofá, me hubiese gustado compartirlo con alguien especial pero no va a poder ser. Decididamente, en mi reino solo puede haber un rey.

1 comentario:

ReinaMora dijo...

... mañanas de sesiones dobles, de finales felices con aplauso del respetable, de arreglarse para ir al cine -con el traje de los domingos- de retener en la retina escenas inolvidables cuando era impensable la descarga directa en internet...
¿y qué me dices de esos carteles de entonces? lo mismito que ver a Clooney acristalado en una marquesina al que le tapan los ojos un folio verde con 20 números de teléfono troquelados ofreciendo el alquiler de una habitación para estudiantes...
Siempre nos quedará Paris... y aquella escena impensable de la polla enmantequillada mucho más contemporánea y transgresora que cualquier intento de convertir una historia corriente en una película