domingo, 29 de enero de 2012

Una aburrida y previsible tarde de Domingo

Tengo esto un poco abandonado, llevo días pensando que escribir y la verdad es que las musas se han largado de vacaciones o lo que es peor, seguro que las han despedido, recordad que son griegas y ya sabéis como está todo por allí, no me extrañaría que hubiese habido recortes hasta en el Olimpo.

Debe ser el invierno este raro que estamos teniendo. La ausencia del gris en el cielo, de la lluvia, del mal tiempo en definitiva alguna culpa tendrá, dicen que los animales y a las plantas este tiempo les descontrola y creo que a los humanos también. Es verdad que de todo se cansa uno y de haber tenido una época de lluvias también me estaría quejando pero todo en su justa medida no molesta ni estorba, y menos si es en la estación adecuada. Le echaré la culpa al cambio climático o a Zapatero incluso, que ya sabemos todos que es el culpable de todo según Rajoy y su equipo.

Lo malo es que hoy lo de la justa medida se ha perdido casi irremediablemente, tendemos a la exageración en todo, desde lo cotidiano como comprarse una tele, que ahora tiene que ser grande o muy grande, hasta temas de mas importancia como el de la dichosa y cansina crisis que parece que no se va a acabar nunca. Antes los bancos te daban un crédito hipotecario que no superaba un tanto por ciento el valor de la vivienda, durante los años locos del despendole inmobiliario te daban incluso mas de lo que te hacía falta y ahora no te dan ni un duro salvo que vendas tu alma, la de tus padres y la de tus futuros hijos al diablo.

Lo cierto es que el término medio esta desapareciendo, los matices, los grises, todo parece que tiene que ser blanco o negro. Deberíamos sentarnos y pensar en ello, que quizás todo este cisma que tenemos encima es por que pretendemos ir mas deprisa de lo que nos corresponde, no se puede tener todo y ya, sin que pase en el tiempo justo. Estamos forzando la máquina hasta unos límites inaguantables, y lo peor es que para conseguirlo nos estamos cargando lo que tenemos alrededor sin importarnos un carajo.

Quizás me he puesto demasiado transcendental para ser una aburrida y previsible tarde de domingo. Acabo de ver el final de la última temporada de Downton Abbey y ha sido tan bonito que no tendría que estar tan catastrofista. ¿Se me estará pegando el pesimismo generalizado que hay en este nuestro país últimamente? Definitivamente, si.

No hay comentarios: