
Esa máquina del entretenimiento que es Disney, y que de tontos no tienen ni un pelo, hace años tuvieron otra genial idea, la de asaltar Broadway y después medio mundo con adaptaciones de grandes películas a los escenarios. La conquista comenzó con La Bella y la Bestia, un maravilloso musical con todas las canciones de la película y una puesta en escena absolutamente espectacular, como no podía ser menos viniendo de ellos.
De aquel espectáculo, digamos, mas clásico dieron un paso de gigante para elevar el concepto de musical a otro nivel, El rey León ha supuesto una vuelta de tuerca, muy arriesgada bajo mi punto de vista y que sin embargo ha reportado muchos beneficios tantos económicos como artísticos. Lo tenían muy fácil, podían haber adaptado cualquier otra película de la última tanda de clásicos, desde La Sirenita hasta El jorobado de Notre Dame, pasando por Aladín o Pocahontas pero decidieron ir mas allá, realizar el mas difícil todavía que todo buen creador debe tener en mente para superarse.

Lo que mas me gustó es que dentro del derroche con el que está hecha la obra, todo está dentro de un regusto por lo artesanal que se agradece, no hay grandes efectos especiales, no hay pantallas de leds ni pijadas similares, se diría que han intentado hacer un gran homenaje a una manera de hacer teatro que se está perdiendo. La utilización de técnicas tan antiguas como las sombras chinescas, las marionetas o la danza, hace de este musical algo especial. Todo esto con el componente africano que impregna el conjunto, desde el vestuario hasta danzas trivales, que digo yo, habrán adaptado de tribus de aquel continente.


En resumen, altamente recomendable para todos aquellos:
1º- Que no les gusten los musicales en exceso, porque les va a encantar ya que no es uno al uso, sino algo mas.
2º- Para quien les gusten de verdad, porque al fin y al cabo es uno de los imprescindibles y todo un clásico aunque hagan como yo, que no se compre la banda sonora ya que no aporta gran cosa al lado de clásicos de Sondheim, Bernstein o incluso Menken, autor de los mayores éxitos de la factoría Disney desde la Sirenita hasta Hércules.
Y 3º- Practicamente para cualquiera, porque si alguien no disfruta con algo así es que no tiene gusto o es una columna de garaje. Una última cosa, no recomendable para niños de menos de 8-10 años, se tiran toda la obra preguntando a sus padres o apostillando que eso no sale en la peli a grito pelao. Mejor dejenlos delante de las 42 pulgadas de Plasma que se emboben con los dibus, sus bolsillos se lo agradeceran y el resto de espectadores también.
Fuera, en la Gran Vía dejaba de llover por fin, lo había estado haciendo desde que pusimos el pie en Recoletos y nos acompañó en la cola de espera para ver la exposición que sobre Jean Paul Gaultier ha organizado la fundación Mapfre... Aunque de esto, ya hablaré en la próxima entrada.